Etapa 44
Riera de la Farga
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Cuadragésimo cuarta etapa.-
Esta etapa que hemos recorrido el día 3/02/2022 tenía por objeto seguir el curso de la riera de la Farga, segundo afluente del Ter desde el Pla de l’Estany.
La mayor parte del Año y durante la mayor parte del recorrido, no lleva apenas agua, no obstante es interesante de ver en varios de sus rincones y bosques, que bien cuidados siempre son agradables para caminar por ellos, conocer las plantas y vestigios del pasado, y en especial ver lo importante que es evitar la contaminación del ambiente.
Salimos de la pequeña población de Centenys perteneciente al municipio de Esponellá.
Esta aldea, que tradicionalmente ha vivido de la agricultura, conserva su estilo medieval, tanto en el casco antiguo cuyos primeros datos de los que se tiene noticia son del año 922 y su iglesia parroquial de Sant Iscle y Santa Victoria que es de estilo románico.
Recuerdo que uno de sus vecinos conservaba en un arcón un antiguo plano del término delineado y rotulado a mano con plumilla y a escala 1:2500 que data del año 1869 ( también en Crespiá hay otro similar que data de 1875).
Desde la Plaza Mayor sale una calle estrecha llamada carrer de la Riera de la Farga que sale del pueblo en dirección a ella y a pocos metros de su inicio se encuentra la Font de la Farga, de 1931. Junto a esta fuente hay un antiguo abrevadero que está bastante abandonado y que vendría bién limpiar de vez en cuando.
Seguimos bajando por el camino hacia la riera. A ambos lados de este camino hay una diversidad de senderos de bosque que figuran en el plano topográfico y que casi en su totalidad están impracticables a causa de la maleza que ha crecido por el poco uso que se hace de ellos. Después de cruzar la riera, subiendo un poco y a 1,6 kilómetros del inicio llegamos a la masía Can Vidal. Hablando con el payes de esta masía que por supuesto, conocía muy bién la zona le explicamos nuestra intención de reseguir la Riera de la Farga y nos contó que todos los senderos estaban “embardizados” ( llenos de zarzas y todo tipo de maleza) y nos recomendó que fuésemos por la carretera pasando por Fontcuberta, para lo cual tendríamos que desandar todo lo recorrido y olvidarnos de seguir junto al arroyo. Naturalmente, no estábamos dispuestos a dejar la riera sin pasar siempre por los lugares mas aproximados posible.
Retrocedimos unos 150 metros desde Can Vidal y bajamos para cruzar la riera por una vereda que figura en el plano, abriéndonos paso a duras penas entre la maleza. En el kilómetro 2 de marcha cruzamos la riera y subiendo unos 400 metros salimos a un sendero transitable junto a unos campos de la finca Can Anglada. Seguimos por este sendero y a otros 700 metros llegamos a la Bassa de Pijoan. En este lugar me dí cuenta de que había perdido el plano entre la maleza y tuvimos que retroceder más de 700 metros hasta encontrarlo. Regresando de nuevo, llegamos a la riera cuando ya habíamos caminado 4,2 kilómetros, a los que restando la vuelta que hicimos, correspondería al kilómetro 2,8 de la etapa.
Una vez llegados al TM de Fontcuberta, los senderos ya están con alguna señalización y bastante transitables a pie.
En el km 5,8 de caminata, encontramos un cartel explicativo de la zona. A partir de allí pudimos seguir por el sendero junto a la riera hasta llegar a salir a la carretera GIV 5132 cuando llevábamos caminados 6,8 kilómetros que corresponden a 5,4 de la etapa. En esta intersección nos paramos a almorzar. Después de este punto ya no seguía el sendero junto a la riera.
Teníamos dos opciones para continuar, ambas siguiendo un tramo por la carretera y ambas separándose del cauce.
Optamos por seguir a la izquierda hasta tomar el cruce que sale a la derecha en la siguiente curva en dirección a Cal Panyero y El Molinot, adonde llegamos un kilómetro mas adelante. Desde allí bajamos hacia la arboleda de Can Frigola, cruzando la riera y llegando a una masía en ruinas llamada Can Donell. Continuamos volviendo a separarnos de la riera en dirección a la ermita de Sant Bertomeu por senderos semi-abandonados y tras pasar por el margen de un campo grande llegamos por fin a esta ermita tras haber caminado 9,3 kilómetros. La ermita se encuentra dentro de una propiedad privada a la que accedimos sin conocer exactamente el recorrido que habíamos seguido para entrar. La Señora que habitaba allí, muy amablemente nos enseñó el lugar con una bonita balsa bien cuidada y nos mostró el camino para continuar.
El camino sigue muy alejado de la riera y no vimos la posibilidad de acercarnos hasta que casi 2 kilómetros después de Sant Bartomeu llegamos a un camino pavimentado hacia Palol de Farga.
Según el plano hay un camino que se aproxima a la riera pasando por detrás de la granja Juscafresa, pero no nos fue posible acceder a este camino porque por todas partes estaba cerrado con verjas y la única posibilidad de seguir la ruta de la Farga era continuar por la carretera hacia Can Mengol.
(Un ejemplo más del efecto río Güell).
Cuando habíamos caminado 13,5 kilómetros fuimos a salir junto al pk 6 de la carretera GI 513.
Cruzando la carretera bajamos hasta la riera pero no vimos la forma de seguir junto a ella y cruzado volvimos a alejarnos hacia Can Romá. Por fin encontramos indicaciones hacia la ermita de Sant Mer y las seguimos sabiendo que la ruta de la Farga pasaba por allí.
Llegamos a Sant Mer cuando ya habíamos caminado 16,7 kilómetros. Desde allí pensábamos
que sería fácil continuar cerca de la riera hasta el final, pero no fue así.
El sendero que pasa por detrás de Can Bosc Vell está casi perdido entre el bosque. Por fin, en el kilómetro 18,6 de nuestra caminata llegamos bajo un viaducto del AVE. Subimos por un camino paralelo a la vía hasta encontrarnos con un “culo de saco”. Retrocediendo de nuevo hasta el cruce, la única opción de seguir la riera era por el margen de un campo enorme hasta que tras mas de un kilómetro pudimos encontrar un sendero por el bosque alejándonos un poco de la riera y para después volver a ella cuando ya habíamos caminado 20 kilómetros. Tuvimos que seguir mas de otros dos kilómetros por la dehesa junto al cauce y luego seguir hasta encontrar un camino paralelo a la carretera N-II, pasando por Mas Vingut a donde llegamos en el kilómetro 24 de caminata. Continuamos otros 1500 metros y cruzamos bajo un acueducto para después pasar bajo un puente de la carretera N-II y otro bajo la autopista A-7. Desde allí seguimos otro kilómetro por un camino junto a la riera de la Farga muy cerca de su desembocadura en Cerviá de Ter, la que pudimos cruzar con facilidad cuando estábamos frente al coche que habíamos aparcado para finalizar la etapa.
Caminamos en total 26,4 kilómetros a los que si restamos la vuelta de 1400 metros para buscar el plano, queda un total de 25 kilómetros recorridos.