Etapa 22
Riera de Sorreig
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Vigésimo segunda etapa.-
En el tramo del río Ter recorrido en la etapa 21, encontramos dos afluentes por la derecha aguas abajo que son muy interesantes de recorrer: La riera de Sorreig y el río Gurri.
Para recorrer la riera de Sorreig programamos la vigésimo segunda etapa de la ruta del Aigua-Viva que hemos realizado el día 25/09/2021.
Salimos del pueblo de Sant Bartomeu del Grau del aparcamiento que hay a la entrada. Comenzamos dando una vuelta por el casco urbano para fotografiar la iglesia y rodear la fábrica textil Puigneuró que está abandonada desde que en el año 2001 presentó la mayor suspensión de pagos de la historia de la industria textil española.
Seguimos en dirección norte por el PR C-233 hacia el Espacio de Interés Natural Riera del Sorreig. Este es un sendero circular que nosotros seguimos solo en la parte descendente hacia la desembocadura de la riera.
Desde Sant Bartomeu del Grau hay varios senderos que conducen a la riera de Sorreig. Nosotros elegimos el que accede por la parte mas alta para así recorrer el mayor tramo posible des la cabecera de la riera.
Poco antes del kilómetro 3 de la etapa, a la entrada a la granja Els Solans, hay un cartel indicativo que muestra que hay que girar a la izquierda para rodear esta finca en dirección al Torrent de Vilaró. A partir de este punto hay que ir con mucha atención para visualizar las marcas que aun no se han borrado por el paso del tiempo y el poco uso de este tramo del sendero. Esto ocurre en unos 2 kilómetros siempre bajando hacia la riera, luego, una vez llegados al rec de Vilaró ya es mucho mas fácil de seguir. En este torrente que en esta época está bastante seco, encontramos en el kilómetro 5,5 de nuestro recorrido una pequeña poza de agua limpia y una oquedad bajo la roca, junto a la cual nos paramos a almorzar. A pocos metros de allí llegamos al Torrent de Guiteres y una vez cruzado seguimos en paralelo a él unos 800 metros donde frente a nosotros se encontraba una bella panorámica del edificio histórico Les Guiteres con varios siglos de antigüedad. 200 metros mas adelante cruzamos por primera vez la riera de Sorreig, luego, rodeando un meandro, volvimos a cruzarla por segunda vez, y siguiendo el camino, un poco mas adelante cruzamos de nuevo el torrent de Vilaró muy cerca de la desembocadura en la riera, justo antes de la cabecera de un pequeño pantano.
Seguimos bajando por una carretera sin asfaltar y en el kilómetro 8 de la etapa vimos una indicación y una vereda tortuosa que bajaba hacia un mirador sobre el Gorg Negre y seguía hasta el Salt de la Cabrida. Este desvío de poco mas de medio kilómetro entre ida y vuelta, es sin duda el punto mas atractivo de toda la etapa. En una cueva que hay junto al Salt de la Cabrida hay una placa explicando que allí se habían refugiado unos hermanos durante la guerra civil. Seguimos y a unos 700 metros cruzamos el Rec de l’Horta de Solans. Luego volvimos a cruzar 2 veces la riera de Sorreig y una tercera vez junto al camino que sube a la ermita de Santa Perpetua.
En el kilómetro 13,5 de nuestro recorrido pasamos bajo la población de Santa Cecilia de Voltregá. Después ya no es posible seguir junto al cauce y hay que ir por un camino hacia Borrisola.
Después el camino cruza la riera. Desde este cruce no sería nada difícil abrir una vereda por el lado izquierdo de la riera, pero allí nos encontramos con el “efecto Río Güell” es decir, que al igual que ocurre con el río Güell en Aiguaviva, los particulares han acaparado todo el terreno, incluida la zona de servidumbre que por ley corresponde dejar junto a todos los arroyos y no dejan pasar. Así, para un tramo de apenas 300 metros nos vimos obligados a dar una vuelta de mas de 1500 metros.
Después de todo este rodeo, una vez pasado por debajo de la autovía C-17 nos faltaba menos de un kilómetro para llegar al Pont del Diable, donde habíamos fijado el final de la etapa, pero con las fincas junto a la riera volvimos a tropezar con el “efecto Río Güell” y aunque dando otro rodeo conseguimos por fin llegar al Pont del Diable, un bello puente medieval de tres ojos que vale la pena el esfuerzo para llegar a él a pesar de todos los obstáculos.
Allí finalizamos la etapa después de recorrer unos 18 kilómetros.
Desde donde finalizamos la etapa hasta llegar a la desembocadura en el Ter, falta apenas 1200 metros, pero no es posible seguir junto a la riera por el mismo problema, que será solo subsanable cuando se promulgue la Ley del Aigua-Viva, que es lo que pretendemos conseguir con el trabajo que estamos realizando.